martes, 10 de noviembre de 2009

Tres Víctimas del Franquismo piden auxilio a la ONU


El grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas de Naciones Unidas recibió ayer en Ginebra (Suiza) a tres familias de represaliados por el franquismo. Este organismo, que hasta ahora sólo se ocupa de ejecuciones a partir de 1945 año en que se fundó la ONU, se limitó a escuchar sus testimonios y el del letrado que los representa, Pablo Gutiérrez Vega. "Este crijavascript:void(0)terio no está en ningún reglamento, por lo tanto se puede cambiar", afirmó.

A esta vía se puede acudir "sin necesidad de agotar las vías judiciales internas", explicó el abogado, que también es profesor en la Universidad de Sevilla. Los casos de María Josefa Cano (Sevilla), Melitón Corral (Avilés) y Martín Márquez Navarro (Almería) ya han sido denunciados a la Justicia en España. Por ahora, están a la espera de juicio.

Altísimo valor moral

El cauce que deja abierto la ONU permite exponer el caso a un grupo de trabajo que no tiene valor vinculante, pero sí un altísimo valor a nivel moral para pedir cuentas al Gobierno, según expertos consultados por este diario. Ayer, el grupo de la ONU sólo se dedicó a escuchar pero, "de admitir el caso, se pondría el foco en la situación que vive este país con la memoria histórica", dijo Gutiérrez Vega.

No es la primera vez que familiares de represaliados optan por este camino. El grupo de la ONU ya permitió en 2002 presentar 64 casos, de los que sólo aceptaron dos (posteriores a 1945). De ellos, sólo uno se ha investigado, apuntó Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

El derecho a tener memoria


Por que más que expliquen los libros, el paso del tiempo da un toque de ficción a las historias del pasado. La ideología, las guerras y sobre todo los testimonios crean mitos que llegan hasta la actualidad en forma de cuento, en este caso, en forma de recuerdo hacia una generación que aún está perdida. En el momento circunstancial en el que nos encontramos en España, los más jóvenes, aquellos que heredamos un pasado como ciudadanos de un país, tenemos el derecho de saber qué pasó con aquellos otros, que no fueron bendecidos por el “alzamiento de la dictadura de Franco” y quedaron aislados en cunetas o exiliados al otro lado del mundo. Sin dejar que se hicieran preguntas. Bajo la temida ley del silencio que tiene todo régimen autoritario.

Puede parecer para algunos un ajuste de cuentas, quizá con cierto retraso, porque de todo aquello hace más de 70 años. Pero quedan sus huesos, su historia y el valor de muchos familiares, a los que quiero dedicar este espacio virtual, desde mi humilde aportación como periodista.

Por un pasado reciente que no debe volver y mucho menos condenarse al olvido...